Alimentos que provocan brotes
Se ha demostrado que algunos alimentos incrementan la prevalencia y la gravedad del acné. Cuando se consumen, causan un aumento del azúcar en sangre, que puede provocar inflamación, al mismo tiempo que aumentan los niveles de insulina. Esto favorece la producción de sebo y, por lo tanto, puede provocar un brote.
Los alimentos con un alto índice glucémico que se descomponen rápidamente en el organismo, como el pan blanco, los cereales de desayuno procesados, el arroz blanco, los pretzels, las patatas fritas, las galletas y los pasteles, pueden aumentar la gravedad de un brote de acné [2].
Se ha detectado que la leche tiene un efecto similar en el organismo al de los alimentos con un alto índice glucémico, ya que suele proceder de vacas preñadas y contiene hormonas que pueden desencadenar la producción de sebo [3]. Las hormonas del crecimiento presentes en la leche pueden fomentar la proliferación de células de la piel, lo que conduce a la obstrucción de los poros [4]. Intenta reducir tu consumo de leche y considera la posibilidad de tomar un suplemento de calcio, o incorporar más alimentos ricos en calcio a tu dieta, como el jugo de naranja, la bebida de soya, el tofu, las almendras, las espinacas y el brócoli [5].
Además, existen algunos alimentos considerados saludables que parecen contribuir a los brotes de acné. Los productos bajos en grasas o sin ellas, como el yogur descremado o el queso bajo en grasa, a menudo contienen azúcares añadidos para aumentar el sabor y, por lo tanto, pueden causar inflamación [6].
Asimismo, los jugos y los batidos suelen contener altos niveles de azúcar y son bajos en fibra, lo que aumenta la producción de sebo, por lo que una pieza completa de fruta es una mejor opción.
Al contrario de lo que se cree, el alcohol, el chocolate y las comidas grasas no causan de forma expresa el acné, y no existen pruebas que avalen un aumento en su aparición [7].
No obstante, un consumo habitual de alcohol puede reprimir el sistema inmunitario, limitando la capacidad del cuerpo para combatir las bacterias y las infecciones que provocan el acné.